martes, 1 de junio de 2010

Me ha parecido realmente interesante una página que he encontrado, ya que trata sobre curiosidades lingüísticas, que es hacia donde principalmente tenía pensado orientar mi blog.
Os dejo la dirección por si os pica la curiosidad, y nunca mejor dicho: http://www.blogcurioso.com/tag/curiosidades-linguisticas/

A parte, he escogido una de ellas, porque la considero especialmente práctica, ya que trata sobre la tilde para distinguir unas palabras de otras y unos significados de otros.

Las palabras «este» y «esta» pueden o no llevar tilde, y dependiendo de dónde esté la tilde puede significar una cosa u otraSi decimos, por ejemplo: «Este muchacho no viene con nosotros», la palabra “este” es un determinante y, como tal, acompaña a un sustantivo; en cambio, si decimos «éste viene conmigo», nos podemos estar refiriendo al mismo muchacho, pero hemos sustituido el sustantivo por un pronombre, el “éste”.

Pues bien, con respecto a eso hay algo más que decir, y es precisamente lo que me ha resultado curioso.Ya antes había leído algo sobre eso, pero creía que no era completamente cierto. Dice la RAE que si ese pronombre –“éste”– sustituye a un sustantivo que se ha nombrado anteriormente –como, de hecho, sustituye – tiene que llevar tilde, porque entonces podría confundirse con un determinante; pero en cambio, si el sustantivo al que nos queremos referir (el muchacho) no puede confundirse con otro –como ocurriría, por ejemplo, si hablásemos de un muchacho y un adulto –, el pronombre no tiene por qué llevar necesariamente la tilde. Es decir, podríamos escribir perfectamente, para referirnos a «este muchacho viene conmigo», esto: «este viene conmigo». Es un caso que nos puede resultar extraño, pero es frecuente. Por ejemplo, Umberto Eco, en su novela El nombre de la rosa, utiliza esta regla muchísimo. Elvira Lindo, por poner otro ejemplo, dice en Una palabra tuya lo siguiente: «Ese era su destino en la vida, hacer todo aquello para lo que los demás se sentían incapacitados». Ahí está utilizando la escritora la misma técnica.

Sin embargo, ese uso puede excluirse al escribir y utilizar siempre los pronombres con su tilde, sin que ello ocasione ningún problema.

Por su parte, también ocurre lo mismo con «esta», exactamente lo mismo. Y con ambas palabras también se pueden formar verbos, como es el caso de «está» y «esté», pero de eso ya no hace falta hablar aquí hoy, porque se trataba de la curiosidad de la tilde. Para que vean cómo es de enredado a veces el castellano, y precisamente por eso, también tan elegante. Al menos, eso me parece. Qué menos si es nuestra lengua.

No hay comentarios:

Publicar un comentario